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LEYENDAS DEL CAFÉ

Cada descubrimiento que ha impactado al ser humano en el mundo, ha tenido trascendencia de generación en generación debido a las leyendas, ya sea para darles continuidad o para dar una explicación de su origen. El café no podría ser la excepción.

Se cree que los ancestros etíopes del actual pueblo de Oromo fueron los primeros en descubrir y reconocer el efecto energizante de los granos de la planta del café; sin embargo, no se ha hallado evidencia directa que indique en qué parte de África crecía o qué nativos lo habrían usado como un estimulante o incluso conocieran su existencia antes del siglo XVII. La primera prueba arqueológica definitiva data del año 800 AC (hace más de 2800 años). Homero y varias leyendas árabes hacen referencia al café, por lo que debe haber existido mucho antes de aquellos tiempos. Lo definían como una bebida negra y amarga con efectos estimulantes.


Los cristianos de Abisinia, hoy Etiopía, relataban que un piadoso anciano llamado Bata Maryan que significa: “Esclavo de Maria”, se pasaba el día rezando, en ayuno y en penitencia, hasta que un día quedó sumido en la inconsciencia, con su bastón apoyado en el piso. Al despertarse, observa el nacimiento del primer cafeto del mundo, el bastón había arrojado raíces y estaba cargado de hojas y frutos rojos.

Una de estas leyendas relata la historia de Ali, un joven y apuesto curandero que trabajaba en el mercado de Gondar, en el África Oriental. Un día la princesa Jazmín, la hermosa hija del rey de reyes, pasó por el mercado.  Alí y la princesa cruzaron sus miradas y enseguida quedaron enamorados.

El rey ordenó apresar al joven y lo desterró del reino ya que él no aprobaba la relación entre su hija y el joven curandero. Alí comprendió que sólo con un regalo excepcional tendría alguna oportunidad de conquistar a su amada Jazmín. Durante tres años buscó qué ofrecer al monarca. En las noches para no quedarse dormido, él comenzó a tomar una infusión que había descubierto casualmente cuando unas bayas de un arbusto cercano cayeron en un jarro donde hervía agua. Alí estaba a punto de desfallecer, cuando una noche comprendió que ese era el regalo que buscaba.

Alí feliz por su hallazgo llevó su bebida al sultán, y éste quedó tan complacido que, en recompensa, le otorgó al muchacho la mano de su hija Jazmín.

La mas conocida de las leyendas acerca del descubrimiento del café, es la del Pastor Kaldi, el cual prestó atención al comportamiento extraño de sus cabras, quienes corrian y daban saltos después de haber comido unos frutos rojos, parecidas a las cerezas que encontraron en unos arbustos cercanos.

El pastor, intrigado por lo que ocurría, decidió saborear los frutos del arbusto y experimentó efectos de euforia y se sintió lleno de energía; decidió entonces llevar las muestras de hojas y frutos a un monasterio llamado Cheodet, donde los monjes por curiosidad pusieron los granos a cocinar, pero al probar la bebida, les pareció tan fea que decidieron arrojar al fuego los restos de la infusión.

Pero los granos, a medida que se quemaban, despedían un agradable aroma.
Los monjes intentaron entonces volver a preparar una bebida con los granos tostados y quedaron fascinados con el resultado.

Al tomarse el café, las oraciones de los monjes ya no fueron suaves y tranquilas sino llevadas a coro con alegría. El abad del monasterio le dió el nombre de Kaaba a la bebida, que en árabe quiere decir piedra preciosa de color café.

Existe otra leyenda proveniente de Arabia, la cual relata como un día Alá vió a su profeta Mahoma acongojado por los muchos problemas que afrontaba, le envió al arcángel Gabriel con un regalo que lo animara y le diera consuelo: una bebida “negra como la piedra negra de la Kaaba”. Mahoma, buscó un nombre digno al regalo recibido y lo llamó "Qahwa" que significa excitante, energético, vigorizador, y así el café entró por la puerta grande al mundo árabe.

Posteriormente, en la historia encontramos a los etíopes consumiéndolo como estimulante y disipador del sueño, un ejemplo de ello se evidencia en sus largas ceremonias religiosas. Años después, los turcos tomaron la costumbre de beberlo, pero primero tostaban la semilla que una vez molida la remojaban para hacer una bebida a la que llamaron Kahve.

Al café, también le atribuyen efectos afrodisíacos, cuenta la leyenda, en un capítulo especial, que Mahoma, en una extraordinaria y apasionada clase, enseñó las formas del amor carnal en forma consecutiva y una por una a no menos de 40 mujeres. Para lograr tan singular proeza, se preparó tan sólo tomando café en abundancia.

Referente a las características sociales del café, quizás, su origen sea el hecho de que sus frutos, las cerezas, tienen dos semillas similares, la leyenda africana explica la idea de dos hermanos nacidos del mismo tallo. Algunas tribus al hacer un pacto de hermandad sellado con sangre, utilizan los dos granos de un mismo fruto de café, lo humedecen con su propia sangre, lo intercambian y mastican solemnemente quedando así consumada la unión que obliga siempre y en cualquier circunstancia.

"El café es: Negro como la noche. Fuerte como el pecado. Dulce como el amor. Caliente como el infierno."
(Proverbio Turco)

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