El famoso café
turco es preparado en un recipiente especial conocido como Ibrik o Cezve, este
es un tipo de jarra metálica con un asa larga; se sirve en pequeñas tazas en
las que sobresale una ligera espuma. Se
prepara con una molienda muy fina, azúcar y agua, el resultado es un café
negro, pesado, fuerte y amargo, pero no por ello es un mal café, al contrario
esa sensación arenosa en tu boca es indescriptible. En algunos países se le agregan especias
molidas como cardamomo o canela para aromatizar la bebida y aumentar la
experiencia gustativa.
En Turquía
tomar café se asocia con amabilidad y sociabilidad: “una taza de café significa
40 años de amistad” y lo fascinante no es solo la forma de preparar el café
sino la tradición y el ritual para hacerlo. Se dice en Estambul que si una
muchacha